domingo, 24 de mayo de 2009

Siempre hay alguien peor que uno.

“Bajen por la escalera, con cuidado, pegados a la pared, caminen rápido no se detengan”, las palabras, que intentaban indicar lo que se tenía que hacer continuaban, como ráfagas de granizo, mientras las oía, no podía evitar sentirlas apretadas, intempestivas, acaloradas, angustiosas y conforme las iba recibiendo como pequeños golpecillos detrás de sus ojos, en sus pies, en los hombros, en la nuca, esos piquetes, lo obligaban a querer empujar a la señora que iba enfrente, así que se reprimía, respirando, “cuento hasta 10” como decían en la tele, si la Chilindrina lo decía, debe se por algo. Uno, fff, Dooos, FFFF, Treees, “¡no mames, apúrale pinche vieja!”.

Sin poder evitarlo, pensamientos trágicos lo invadieron. No podía evitar pensar qué pasaría si esta situación fuera más extrema y que las escaleras por las que bajaban en fila india o más bien como él lo veía: “una fila de indios sumisos” con caras desencajadas, aceptando lo que el destino les deparara, intentaban; empujados por gritos nerviosos y oraciones entrecortadas, bajar por las escaleras de concreto, “qué pasaría”, si de repente las escaleras cedieran ante el movimiento del edificio, o que se cayera la escalera por la que bajaban, o que se abrieran las paredes, o que el techo se viniera abajo, ¿Empujaría? ¿Gritaría? ¿Correría? O algún desalmado lo usaría de escudo humano, o terminaría aplastado como víctima del movimiento telúrico, o sería un héroe anónimo, todo esto pensaba mientras sus piernas se movían en movimientos descendentes y autómatas.

Al llegar la panta baja los condujeron a un camellón frente al edificio, ahora podía ver la gran cantidad de personal que acudía diariamente a trabajar a ese lugar, sin poder observar los rostros, metido en sus pensamientos mortales, de tragedia, propios de noticieros amarillistas y periódicos de nota roja “45 muertos por temblor”, “Muere joven intentando salvar a damisela en peligro”, “Esta noche en Hechooos, Se colapsan escaleras en edificio, todos se salvan uno muere por ir pensando mamadas”. Sin abandonar los titulares ensoñados, tomó lugar en la parte de atrás de un grupo de personas desconocidas hasta ese momento, en eso, tuvo que dejar de mirar las noticias oníricas, para hacer caso de una mano que no paraba en el intento de llamar su atención, la cual le indicaba que lo acompañara, mientras caminaba a lo largo del camellón y medio veía las caras, los cuerpos aglutinados en ese resabio de naturaleza urbana, la mujer a su lado le preguntaba cosas, que él no entendía, seguía en sus pensamientos.

En un edificio de 5 pisos, “cuánta gente cabe”, se decía, mientras miraba asombrado a las personas que ocupaba el camellón, y que ridículamente volteaban de arriba abajo, mirando al edificio, “Qué tanto le ven, si no se cayó nada” pensaba mientras se unía a la colectividad confusa que espera instrucciones.

Mientras escuchaba conversaciones cortadas sobre lo ocurrido, era difícil poner atención a los relatos ya que todos hablaban al mismo tiempo, interrumpiéndose y espantándose unos a otros. Aprovechando su falta de concentración, reflexionó sobre lo acontecido, estaba frente a al monitor, trabajando, mientras éste se movía extraña y autónomamente, la oscilación anormal, motivó su primera reacción: un salto y un “¡ah no mames!, ¿qué pedo?” Acto seguido, como sincronizado, alguien gritó: “¡ESTA TEMBLANDOOO!”, una mujer escandalizada, histérica, una auténtica hija de la chingada, como si le hubieran abierto el cuerpo en dos, lanzó un grito angustioso, espantoso; “¡AHHHHH!” éste perforó, como flechas de obsidiana portadoras de tragedias pretéritas, el corazón y el instinto de supervivencia de los trabajadores del 4° piso, la exclamación, desesperación y pánico transportados por el grito de la mujer, sonó a través de las paredes del edificio, y tuvo tal concentración, sentimiento y mala leche, que logró que las éstas, los vidrios y pisos crujieran, además que dentro de cada individuo se plantara la semilla del pánico.

Sin poder asimilar nada, sin poder hacer nada más que sentir una especie de impulso que movía sus piernas y que ponía su sangre a circular, se dirigió al pasillo para salir de ahí. “No se espanten, guarden la calma”, palabras tranquilas, calmadas provenientes de un funcionario de la brigada de protección civil, que tal vez aún no comprendía lo que pasaba porque iba saliendo de un sueño superficial en lo que imprimía documentos, “permanezcan en la zona de seguridad” repetía.

Al ponerse al lado de una viga que supuestamente protegería su vida y la de los otros, miró cómo la cara de las mujeres que lo rodeaban, se modificaba, cambiaban, mutaban, los colores desaparecían del rostro, las palabras se volvían trémulas, y miró cómo una de ellas, probablemente la que había levantado la alarma gritando, rompía en llanto “¡MIS HJOS!!!”, y otra le decía: “Cálmate Chavelita, cálmate, ellos están bien”, en ese momento pudo sentir en su cuerpo un gran golpeteo a gran velocidad detrás del pecho, por dentro, “¿qué me pasa?”, el corazón a lo más, a todo lo que daba, la sangre circulando y las piernas esperando el momento para poner los pies en polvorosa, escuchaba a Chavelita llorar por sus hijos y a los demás ordenando; “cálmense” decían “cálmense”, él no podía evitar pensar: “Pinche Isabel me estás culeando, ojete, ¡Hija de toda!, ¡calmen a esa pinche vieja histérica!”

En ese momento sintió como si sus latidos y el llanto de Chavelita movieran el edificio, y vio cómo una gran sacudida los puso a callar a todos, “Órale culeros, tomen eso”, sólo se escuchó el tronido de las ventanas, nadie se atrevía a decir lo que pensaban; lo inevitable: “Es un terremoto, por qué no para, qué pasa, dónde estrá, qué le pasó, nooo que ya acabe, que ya acabe”, pero él lo podía leer en sus rostros. Para no torturarse más, bajó los párpados y vio cómo un gran archivero se venía abajo, cómo las ventanas de los privados cedían y tronaban, los muebles se caían y en movimientos zigzagueantes las cosas se desacomodaban de los escritorios, como si hubiera personas invisibles responsables del desorden. Estas personas invisibles, las veía corriendo, eran miles y tiraban todo a su paso, pateaban los vidrios, tiraban estantes, movían gente, mientras tanto, afuera seres enormes movían el edificio riéndose de la gente atrapada dentro, en su zona de “seguridad”. Apretó los ojos aún más, su corazón volvió a latir, se vio en su infancia, cuando estaba en clases y que el cuaderno profesional a rayas de un compañero se movía mágicamente de aquí para allá, a todo lo largo del pupitre, después, escuchó la voz de la maestra al borde del llanto “SALGAN CON CUIDADO CHAPARROS”, cuando llegaron al patio, todos lloraban, todos gritaban, algunos reían pero nadie sabía qué pasaba, hasta que alguien fijó en su referente cognoscitivo, esa frase: “¡ESTÁ TEMBLANDO!”, “ah no mames, así que esto es un pinche temblor”.

En ese momento, sintió que el piso se le movía y no paraba, sin abrir los ojos, apretó los dientes, y se vio bañándose y vio cómo las cubetas de agua no se quedaban quietas, un mareo y una ventana que parecía romperse, el foco del baño moviéndose de aquí para allá, la puerta del baño estaba cerrada con seguro, cosa que siempre enojó a su tía. Afuera le gritaban cosas que no podía escuchar, qué pasaba, no sabía, qué hacer, esperar o qué, sin saber qué hacer salió del baño mojado húmedo y enjabonado, viendo cómo toda su familia se colocaba debajo de los marcos de las puertas y algunos de sus primos debajo de la mesa del comedor de caoba ancestral que sólo un titán podía mover. Con dolor vio cómo su prima lloraba y cómo su hermano la abrazaba mientras pedían por sus padres, “mamá dónde estáaas” lloraba la prima, su pecho mojado se estrujó y algo latió detrás de esa caja torácica infantil, como en estos momentos en los que apretaba los ojos tratando de controlarse, tratando de ignorar las voces temerosas que escuchaba a su alrededor, mientras el edificio seguía moviéndose. Agarrando valor, abrió los ojos, y vio a los que lo rodeaban, todos esperaban que terminara, y de repente, sin poder diferenciar entre el mareo y el temblor, intuyó que todo había pasado, una sensación de alivio momentánea, como el silencio en el oleaje marino, lo cubrió. Todos fueron desalojando el edificio dirigidos por voces nerviosas.

“No pasó nada, todo está bien, chale para qué tanto desmadre, si nomás fue un temblorcito, nooo si estuvo cabrón, fue de 5.9, ¿de cuánto fue el del 85?, sss si me acuerdo, no ps hasta gente se aventaba de las ventanas, si no mames está cabrón, chale qué pedo, ¡ya vámonos por las chelas!”, trataba de darle sentido a todas las voces que escuchaba, diálogos cortados que intentaba decodificar con mirada antropológica, sin embargo no podía hacerlo, porque estaba ocupado pretendiendo aparentar que no se había asustado, y desde su intento y pose de chingón, compadecía a las pobres mujeres asustadizas, esas que lloraban por todo “Taradas, nomás pasa la mosca y ya están chillando”. Así poco a poco logró engañarse pensando que nada había pasado, y desde su puesto de vigilancia, alejado del corriente mundo de los pandeados, pudo conocer las caras de sus compañeros y escuchó claramente el comentario de un grandulón pálido y desencajado: “chale nomás falta que nos llueva, y yo que no traje suéter, no vale madre”. No pudo hacer más que sentirse mejor y decir entre dientes: "Y... qué puto".



FIN

sábado, 23 de mayo de 2009

De Youtube y las conversaciones entre copas

La otra vez en una reunión, llegó el momento en el que hay un silencio incómodo propio del switching de conversación y salieron a la luz las maravillas del internet y el ocio productivo de oficina, todo empezó con la historia de una mujer Española que le hace honor a todos y cada uno de los chistes de gallegos que me se.

He aquí la Maruja:



La pobre mujer y la conductora se conectaron en un nivel más allá de lo físico y su comunión fue espiritual, como resultado risas de pena ajena 100% auténticas.

Otro bueno de telejuegos es este:



Pobre mujer! lo mejor es el gritito de regreso a la normalidad, un tip: que alguna de tus amigas medio borrachas imite el gritito, es de lo mejor que hay!

Y qué me dicen de esta niña endemoniada:



Un claro ejemplo de que la sociedad está en decadencia, cómo se atreven a engañar a una niña, oigan todos, Barney es un fraude!!! no era de verdad, chale qué poca madre!

En fin supongo que habrá mil videos más, por eso existe el bendito sitio llamado Youtube, que recibe muchas visitas diarias, sobre todo de oficinistas Jr. que buscan un tema de conversación entre copas, o simplemente un momento para relajar la mente y buscar el ocio entre las fastidiosas obligaciones.

Desgraciadamente, los videos están bloqueados para mi, gracias a un programa que proteje las computadoras de páginas ociosas como hi5, Youtube, salas de chat, y desafortunada, lamentable, y tristemente todo tipo de videos. Así que ni modo, me conformaré escuchando las anécdotas virtuales y prestadas de mis borrachos amigos.

Salud!

viernes, 1 de mayo de 2009

Perder el tiempo en tiempos de Gripe AH1N1 (Antes Influenza Porcina)

Con todo este asunto de la influenza (ahora llamada “Gripa AH1N1”), que hay que quedarse en casa, que no podemos ir a puntos de encuentro, (ahora conocidos como focos de infección) donde la gente se pueda infectar de; interacción, de intercambio de puntos de vista, de intereses, de comentarios y obviamente de fluidos (saliva). Los lugares públicos, restoranes, antros, bares, cines, centros deportivos, han cerrado sus puertas y no ha quedado de otra más que guardarse bien en casita, temerosos de salir, de infectarse, hasta qué punto llegamos que ya da miedo (realmente) cuidarse que alguien tosa, ya el muy educado “salud” lo dice uno pero por dentro una mentada de madre es inevitable, pues no vaya ser que me contagie este cabrón/a.

Ante esta situación por todos conocida, me he dado a la tarea; por no tener algo mejor qué hacer, (ahora ya lo tengo) de recabar opiniones al respecto, ¿cómo? obviamente por internet, y alguna que otra que me tocó escuchar en estos días.
¿Cómo se puede perder el tiempo? Por internet: Facebook.

Facebook es un sitio de internet que promueve las “redes sociales” online, fue creado por Mark Suckerberg, y originalmente nació como una red únicamente para estudiantes de Harvard, posteriormente fue creciendo y hoy en día cualquier persona puede tener su espacio en este sitio, lo único que se necesita es una cuenta de correo electrónico. En este sitio puedes subir fotos, videos, así como utilizar una serie de aplicaciones de todo tipo, y obviamente ver y comentar las de tus amigos y conocidos. Aquí el Link: www.facebook.com


Es sorprendente la actividad del Facebook en estos días, a cada rato se actualiza, que fulanito ya tomo el quizz de; qué personaje eres, cuál es tu verdadera profesión, a qué saben tus besos, a qué edad te vas a morir, etc. Realmente en otro momento de mi vida he pensado que todo eso es una pérdida de tiempo, pero ahora que veo las horas que pasan y yo sigo sin hacer nada, la verdad, mi perspectiva está cambiando, sobre todo después de enterarme que, de los personajes de Tarantino, yo sería Jules Winnfield de Pulp Fiction. El alago vino inmediatamente, y el ánimo se me levantó hasta los cielos, quién no recuerda a ese cabrón, el Bad Motherfucker, siempre creí que me identificaba mucho con Vincent Vega, o incluso con Mr. Wolf, nunca lo vi venir. Un matón con una frase increíble antes de ejecutar a sus víctimas, el Ezequiel 25:17. Sigamos.


Después del pandeamiento por influenza veo que es útil el Facebook no sólo para chismear, si no que ahora también es una excelente herramienta mata-tiempo, para aquel oficinista Jr. Que tiene horas muertas, o qué tal los estudiantes que le dan vueltas a hacer sus trabajos y se pasan horas viendo quién está online y qué ha puesto, la foto de fulanita en la fiesta de sutanito, y quién comentó qué, y a ver con qué se la hago de emoción a mi novio, y a ver qué hizo el otro en la comida de fin de año de la oficina, y que no se qué. Esas redes “sociales” virtuales, depositario de información útil para extorsionistas, chismosos y gente sin otra preocupación que matar el tiempo, vaya que funciona, hasta se escribe sobre ese fenómeno. Mis opiniones al respecto son encontradas evidententemente, ya que he tenido una experiencia agridulce, después de tanto tiempo de perderlo en el Facebook, me quedé con una sensación terrible de remordimiento moral de tanto chisme y de pena ajena por tantas horas invertidas en lo mismo, sin embargo ahí estuve, ahí estoy, y lo más probable es que seguiré.

Fuera de la red, otro medio que he utilizado para ocupar mi tiempo son las consolas de videojuegos, desde que existen, he sido el chamaco que nunca tuvo ni Atari, Nintendo, Supernintendo, Sega, PlayStation, nada de eso, ni Gameboy, nada. Siempre he querido tener una, sobre todo ahora que conocí el Guitar Hero.

Es un juego de video que originalmente se creo para PlayStation 2, creado por Harmonix Music Systems y publicado por Red Octane. El juego consiste en tocar las notas de diferentes canciones, por medio de un control tipo guitarra eléctrica similar a una Gibson SG.


El que he jugado es Guitar Hero World Tour para Xbox 360. He estado practicando y creo que ya no soy tan malo, no tanto, como aquella primera vez que intenté tocar “Sweet Child o’ Mine” de Guns & Roses, en completo estado de ebriedad, aquella vez fue tanta mi frustración, incrementada por las burlas de mis amigos igual de borrachos que yo, que poco me falto para estrellar la guitarra en el suelo.

Como decía, he estado jugando Guitar Hero, es una forma muy buena de escuchar canciones y darse de topes por no poder pasar las canciones favoritas en el nivel de "experto", ni en "dificil", ser bajado del escenario a los 30 segundos de “Schim” de Tool. O tocar con éxito “Hotel California” de The Eagles, o “Love Me Two Times” de The Doors, así como canciones que son escuchadas por primera vez, una buena forma de ampliar el repertorio musical. Algo sumamente atractivo es ver a tus artistas favoritos tocar juntos, quién se imaginaría a Ozzy Osbourne cantando “La Bamba” de Los Lobos, o un concierto en el cielo en un barco jalado por águilas que conducen a Asgard, además existe la posibilidad de tocar en grupo, armar la banda, con batería, bajo, guitarra, y voz, invitar a los cuates, y competir en línea contra otros freaks, la verdad, es increíble lo recomiendo ampliamente.

Aquí esta el link: www.guitarhero.com

También está la pérdida de tiempo a la antigüita, la tele, que en realidad no presenta nada nuevo, sin contar el hecho de que cada 3 minutos transmiten noticias repetidas sobre lo que ya sabemos; la ciudad y el país están semiparalizados por el terror a infectarse de influenza (gripe A1H1). ¡Qué afán de torturar a la población!, ya sabemos del virus, ya sabemos las precauciones, ya sabemos que se está controlando, ya sabemos que no hay clases, no hay restoranes, no hay cines, no hay antros ni bares, ni puntos de congregación, ¡no nos alarmen más! Mejor den cifras, números de muertos reales, entrevistas a enfermos, puntos donde se ha infectado la gente, seguimiento de casos, otras notas, qué ha pasado con las ejecuciones en el país, qué onda con la refinería, qué con la educación media y la quitada de filosofía del plan de estudios, algo más no pura paja, como siempre.

Cuando de plano ya no funcionó todo esto que enumeré anteriormente, me dije ¿Qué hago? ¿Cómo pierdo el tiempo?

Cuando lo “fancy” no funciona, aplica como dice Rius; apagar la tele y encender un buen libro. Perderse en sus páginas, dejarse seducir por los escenarios, los personajes, las historias, diálogos, y todo lo que implica leer: ejercitar la imaginación y la inteligencia y el entendimiento y la memoria y todo lo bueno y bondadoso que tiene la lectura. Ya con tanta neurona muerta a bola de alcoholazos, mariguanadas y flashazos, de chisme, de diversión, e "informativos", intentaré reactivarlo un poco con unas buenas horas de sano ocio.

Me prestaron “La Piel del Cielo” de Elena Poniatowska espero que me sorprenda.